Javier, 47 años
"Llevaba tiempo sin uno de mis molares y, aunque al principio me acostumbré, poco a poco notaba que la falta de esa pieza estaba afectando mi forma de masticar e incluso mi sonrisa. Cuando acudí a la clínica, la idea del implante me daba algo de respeto, pero desde la primera consulta me explicaron el proceso con tanta claridad que me sentí mucho más seguro. Durante el tratamiento, el equipo se preocupó por que en cada paso me sintiera cómodo y entendiera cómo cuidar el implante después. La intervención fue más rápida de lo que imaginaba, y la recuperación, gracias a sus consejos, fue bastante llevadera. Ahora puedo disfrutar de cada comida sin pensar en molestias o incomodidades, y lo mejor de todo es que he recuperado la confianza en mi sonrisa. Agradezco muchísimo a todos en la clínica por su atención cercana y profesionalidad, que hicieron de todo el proceso algo muy positivo."